martes, 10 de noviembre de 2015
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Este blog ha sido diseñado con colores rosados, verdes, marrones en tonalidades pasteles creando armonía entre el concepto del blog y la imagen del mismo. Se utiliza letra Arial 12 justificada para que la lectura sea amigable, los títulos están en negrilla para que el lector pueda distinguir fácilmente contenidos.
Estar familiarizada con el manual del usuario y en caso de dudas llamar a la agencia El manual del usuario es un panfleto que explica algunos detalles del auto y da las especificaciones, basadas en clima y temperatura, del que debe utilizar. En caso de no estar segura, se debe preguntar a la agencia donde adquirió el vehículo para evitar el uso de un producto inadecuado, ya que, por ejemplo, colocar un aceite o combustible que no corresponde puede causar problemas al motor, tarde o temprano.
Revisar los neumáticos siempre antes de salir de la casa. Si una llanta tiene algún problema puede que, a mitad de camino, colapse y entonces sea necesario realizar el cambio; asunto que puede resultar peligroso si sucede en un paraje solitario y de noche. Por esa razón, es mejor tomarse un par de minutos para verificar el estado de los neumáticos antes de salir y, si es necesario, cambiarlo; proceso que debe saber cómo se realiza.
Además es necesario que las llantas mantengan una presión de aire adecuada, ya que, de lo contrario, pudiera ocasionar un desgaste anormal, se dañarán y a la larga el coche podría consumir más combustible: entre más bajo el aire de la llanta hay mayor fricción y le cuesta más el rodamiento al vehículo.
Es importante observar que la cantidad de aire que le debe poner al neumático depende del número de serie de la llanta; en los carros pequeños está entre 28 y 30 psi (unidad que marca el medidor).
Verificar también que todas las luces del carro encienden antes de salir de la casa. Se debe revisar las direccionales y los espejos retrovisores deben estar en la posición que le brinde el mejor ángulo de observación. Además, debe observar si alguna luz del tablero se quedó encendida cuando arrancó el automóvil, ya que éstas deben apagarse en unos tres segundos, sino es una mala señal y asegurarse de tener suficiente cantidad de combustible.
Hacer una revisión semanal de la llanta de repuesto y, a menos que exista una precondición que implique una revisión más a menudo.
Chequear el nivel del aceite del motor, del refrigerante, del líquido de frenos y del agua del limpia parabrisas. Tanto el recipiente del coolant como el del agua y el de frenos tienen una línea que indica el máximo y el mínimo de líquido que debe contener.
En el caso del aceite de motor, la revisión se hace con el motor apagado y en una superficie plana: retire la varilla que mide el nivel de aceite, limpíela e introdúzcala nuevamente. Cuando vuelva a sacarla el aceite debe haber humedecido la varilla hasta el nivel de full. Si el aceite no llega a la marca (una línea punteada, generalmente) es indicativo de que hay que agregar aceite. Si el suyo es un carro automático, la revisión también incluye el nivel de aceite de la transmisión, y el del powersteering, que se encarga de lubricar el timón.
Si se ha notado que en el lugar donde estaciona el coche hay marcas de ese líquido viscoso (pueden ser claras o negras), esto significa que existe una fuga en la transmisión o en el motor, y a mayor cantidad, más grave la fuga y el riesgo que corre su coche.
Verificar el estado de la batería Un caso típico a la hora de sufrir percances es que la batería falle. Por ello, es necesario comprobar su estado cada seis meses y en los países del clima cálido es preferible hacerlo cada tres, ya que la batería se calienta más y, por ende, hay mayor evaporación. La batería usa un ácido que cumple la función de refrescarla y si ese líquido se baja de nivel o se seca (se evapora) unas celdas que lleva dentro se quemarán.
En el caso de las baterías selladas, ellas funcionarán durante el tiempo de vida para las cuales fueron fabricadas (usualmente un año o dos). Para evitar percances, se debe acudir a un centro especializado para realizar un chequeo cada tres meses; generalmente son gratuitos. También resulta útil apuntar la fecha cuando se compró la batería y cuando se está terminando su período de vida, adquirir otra nueva.
Si cuando frena escucha un chillido, puede significar que sus bandas o pastillas de freno necesitan limpieza o que hay que cambiar algo en los tacos.
Si se recalienta el vehículo, no le ponga agua de una vez. Apague el motor y espere a que se refresque, porque los cambios bruscos de temperatura pueden dañarlo.
Si tiene coche automático tenga en cuenta que, dependiendo del kilometraje que recorra, el aceite de la transmisión se debe cambiar una vez al año.
Utilice el envase que se usa para rociar las plantas y el césped que se ajusta a la manguera del jardín y ponga detergente líquido en él. Este le permite controlar la presión del agua con el pulgar. Moje, lave y enjuague.
Si utiliza detergente casero para lavar el carro en un día de calor, debe enjuagar rápidamente cada sección, ya que el calor seca el detergente y le puede dejar rayones permanentes en la pintura.
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